Lugar de salida: | Pasarela del Voluntariado |
Objetivo: | Meandros del Ebro y cuesta de la Gravera de Juslibol |
Desnivel positivo acumulado: | 400m |
Distancia y tiempo empleado: | 66 km en 4h |
Archivo GPS (con el recorrido): | TrackGPS de la actividad |
Lunes, 30 de enero de 2012
En esta ocasión cambiamos el día habitual de salida con los globertroters al lunes, ya que la festividad de san Valero nos da este lunes de fiesta.
Hoy tan solo hemos acudido a la cita, Paco, Roberto y yo. Así que sobre la marcha los lío para ir al Vedado de Peñaflor, unos 58 km y unas 3h-3h30' de ruta (al final resultaron ser 66 km en 4 horas de pedaleo y descansos).
El Vedado de Peñaflor es un espacio de unas 600 hectáreas de bosque mixto mediterráneo, que acoge una importante nidificación de avifauna.
La singularidad del Vedado y su entorno estriba en que se trata de una zona arbolada natural inmersa en un entorno semiárido, rodeado de estepas cerealistas, carrizales salinos y monterizas cubiertas por matorral de baja talla. Se trata de uno de los escasos y mejor conservados bosques naturales existentes en el municipio de Zaragoza, en el que se alternan los espacios forestales y agrícolas generando una variabilidad de hábitats que se constituyen en excelentes refugios para la fauna y que alberga, asimismo, una especial singularidad y riqueza florística.
Así que, tras los 15' de cortesía, nos encaminamos hacia el Azud y por el Anillo Verde Norte, primero por la orilla derecha del río gállego y, después tras cruzar la pasarela de Santa Isabel, por la orilla izquierda hasta la altura de la Torre de los Ajos. De aquí vamos a buscar un pequeño puente que nos atraviesa la acequia de Urdán (nace en el Azud de Urdán). De aquí vamos contorneando campos agrícolas y pequeñas urbanizaciones, rodando por diferentes caminos, en el Camino del Molino, nos desviamos al Alto del Molino, con un curioso vértice geodésico, el cual está en lo alto de un monolito de hormigón, muy por encima del terreno circundante.
Así pues llegamos a Peñaflor, donde verdaderamente comienza el itinerario.
Desde las afueras de Peñaflor, cogemos el CR-31 (Camino Rurales de Zaragoza), al poco nos desviamos para visitar la Ermita de San Cristobal, a la cual se accede por fuerte rampa.
Volvemos sobre nuestros pasos y retomamos el CR-31, y en dirección noreste, nos vamos poco a poco acercando al Vedado de Peñaflor. Según nos acercamos el terreno hasta ahora cómodo se endurece intercalando rampas más o menos duras.
Tras contornear el vedado para pasar a su vertiente suroeste, entramos de lleno en la masa forestal, para subir en dirección a la torre de vigilancia, para alcanzarla habrá que desviarse unos cientos de metros.
La bajada por el vedado es rápida, primero pasamos por la Casa de los Guardas, donde nos desviamos a nuestra izquierda (de seguir rectos volveríamos a Peñaflor, retomando el camino de ascenso a la altura de la Ermita de San Cristobal), de esta forma, pasando junto a un par de pozos, iremos a coincidir de nuevo con el CR-31. Al llegar a la altura de una masa forestal, nos desviamos del CR-31 y cogemos a la izquierda una no tan marcada pista forestal, al poco el firme mejora y castigados por el cierzo, llegamos a la altura de una balsa de riego junto al camino de Peñaflor y desde este punto solo nos queda desandar el camino hasta Zaragoza.
Hoy tan solo hemos acudido a la cita, Paco, Roberto y yo. Así que sobre la marcha los lío para ir al Vedado de Peñaflor, unos 58 km y unas 3h-3h30' de ruta (al final resultaron ser 66 km en 4 horas de pedaleo y descansos).
El Vedado de Peñaflor es un espacio de unas 600 hectáreas de bosque mixto mediterráneo, que acoge una importante nidificación de avifauna.
La singularidad del Vedado y su entorno estriba en que se trata de una zona arbolada natural inmersa en un entorno semiárido, rodeado de estepas cerealistas, carrizales salinos y monterizas cubiertas por matorral de baja talla. Se trata de uno de los escasos y mejor conservados bosques naturales existentes en el municipio de Zaragoza, en el que se alternan los espacios forestales y agrícolas generando una variabilidad de hábitats que se constituyen en excelentes refugios para la fauna y que alberga, asimismo, una especial singularidad y riqueza florística.
Así que, tras los 15' de cortesía, nos encaminamos hacia el Azud y por el Anillo Verde Norte, primero por la orilla derecha del río gállego y, después tras cruzar la pasarela de Santa Isabel, por la orilla izquierda hasta la altura de la Torre de los Ajos. De aquí vamos a buscar un pequeño puente que nos atraviesa la acequia de Urdán (nace en el Azud de Urdán). De aquí vamos contorneando campos agrícolas y pequeñas urbanizaciones, rodando por diferentes caminos, en el Camino del Molino, nos desviamos al Alto del Molino, con un curioso vértice geodésico, el cual está en lo alto de un monolito de hormigón, muy por encima del terreno circundante.
Roberto y Paco sobre el vértice del Alto del Molino. |
Así pues llegamos a Peñaflor, donde verdaderamente comienza el itinerario.
Desde las afueras de Peñaflor, cogemos el CR-31 (Camino Rurales de Zaragoza), al poco nos desviamos para visitar la Ermita de San Cristobal, a la cual se accede por fuerte rampa.
Volvemos sobre nuestros pasos y retomamos el CR-31, y en dirección noreste, nos vamos poco a poco acercando al Vedado de Peñaflor. Según nos acercamos el terreno hasta ahora cómodo se endurece intercalando rampas más o menos duras.
Tras contornear el vedado para pasar a su vertiente suroeste, entramos de lleno en la masa forestal, para subir en dirección a la torre de vigilancia, para alcanzarla habrá que desviarse unos cientos de metros.
La bajada por el vedado es rápida, primero pasamos por la Casa de los Guardas, donde nos desviamos a nuestra izquierda (de seguir rectos volveríamos a Peñaflor, retomando el camino de ascenso a la altura de la Ermita de San Cristobal), de esta forma, pasando junto a un par de pozos, iremos a coincidir de nuevo con el CR-31. Al llegar a la altura de una masa forestal, nos desviamos del CR-31 y cogemos a la izquierda una no tan marcada pista forestal, al poco el firme mejora y castigados por el cierzo, llegamos a la altura de una balsa de riego junto al camino de Peñaflor y desde este punto solo nos queda desandar el camino hasta Zaragoza.
3 comentarios:
Esta ruta es demasiado para mí, por Peñaflor iba hace muchos años por una pista que unía Peñaflor y Villamayor. Saludos
Hola Eduardo, la verdad es que a nosotros al final se nos hizo tarde. El cierzo, a la vuelta nos pasó factura.
Por cierto Ángel, el lunes si el viento lo permite, quiero hacer una ruta por las Bardenas Reales ¿has hecho tu alguna por esa zona?
Publicar un comentario