Salgo pronto de Soria, el termómetro marca -1°C, me parece que no hace mucho frío, iluso de mi, cuando pasó bajo el Pico Frentes, el termómetro ha bajado hasta -7°C, paso sobre la presa del Embalse de Cuerda Seca y llego a Vinuesa, tomó el desvío a la Laguna Negra y al poco empiezo a ver alguna mancha de nieve entre el pinar. Al poco dejo la carretera que lleva al Puerto de Santa Inés y el punto de nieve del mismo nombre (un remonte y un par de pistas).
Algo más adelante dejo la carretera que lleva a la laguna para seguir hacia el Caserío de Santa Inés, paso junto a unas pocas y diseminadas casas, que para nada da sensación de ser un pueblo. Medio kilómetro más adelante en una bifurcación, la pista asfaltada sigue a la izquierda pero está cancelada, continuo recto por una ancha pista forestal en la que el hielo hace pronto su aparición, en la primera curva a la derecha, aprovecho un rellano para dejar el coche. Me preparo, y sigo andando por la pista. Unas recurvas, que a la bajada alcorzaré por unas trazas de sendero, para después caminar por una larga recta que termina en un puente que cruza el río Revinuesa y nos deja en una bifurcación de pistas, tomó la que sube a la derecha (volveré por la de la izquierda descendiendo el valle de Revinuesa).
La pista ya se encuentra completamente helada, en un rato se alcanza el Refugio Cebrián, junto al cual hay una furgoneta con un remolque de perros sobre el cual hay un trineo de mushing.
La pista se endereza un poco, la nieve está endurecida y con unas huellas que parecen de moto de nieve, se camina rápido, la pista gira a la izquierda (Sur), paso junto a una fuente, ahora la pista tiende a acercarse al barranco Cebrián, aproximadamente en la cota 1700 en una zona clara del pinar, la pista que llevo gira a la derecha, en dirección al Puerto de Santa Inés, justo en esa curva, nace una pista que continúa la dirección que llevo y por la que sigue el track que llevo cargado en el GPS, tiene un pero, no se ve huella por esa pista.
Me calzo las raquetas y sigo por ella, al poco oigo que vienen por la pista que he dejado, es el trineo que he visto antes, debe de ser una experiencia estupenda.
La nieve es muy profunda y, aún con las raquetas cuesta progresar, salgo del bosque a una zona amplia, mi track atraviesa el barranco y se adentra en el bosque, debido a la gran cantidad de nieve que acumula resulta bastante perdedor, al final, salgo por la parte alta del bosque, me vuelvo a cruzar con la huella de la moto de nieve, continúo por ella, sin ganar el cordal.
Poco a poco voy ganando altura, el día es excepcional, nada de viento, ni una nube en el cielo. Por fin gano la loma en una cota de la misma, ya veo cerca el Pico de Urbión, un suave descenso me acerca a la otra vertiente que se ve caer a pico sobre el valle lateral. Por la otra vertiente contorneo otra pequeña cota, que gano algo más adelante.
Desde aquí solo me resta ascender una cota de más entidad, antes de bajar a un amplio collado, me resta una amplia y empinada loma, donde he de quitarme las raquetas y, desde allí buscar un paso por donde pasar a la trepada final al Pico de Urbión.
Para bajar opto por el valle de Revinuesa, por lo que empiezo a bajar la ruta habitual que por el Portillo Arenoso lleva a la Laguna Negra.
En el Portillo hay que ir con cuidado, la nieve está blanda por el calor, y forma un barro que da bastante respeto, por el cortado por encima del cual se pasa.
Ahora bajo una rampa en dirección a la Laguna Larga. En un collado cercano, bajó en dirección a los Llanos de Revinuesa, donde nace este río.
Me vuelvo a poner las raquetas, la nieve está cada vez más blanda y profunda.
Una vez en los llanos, vuelvo a adentrarme en el bosque, sigo ahora unas huellas de esquí, que desaparecerán enseguida, el terreno es verdaderamente perdedor, supongo que en verano, un claro sendero facilitará la ruta, pero ahora debe andar un metro por debajo de mis piés. Llevo el barranco de Revinuesa a mi derecha, no sin esfuerzo llego a un tramo por el que empiezo a seguir unos mojones y al poco unas huellas de raquetas. Aparezco junto a un gran bloque de roca, donde hay una placa en homenaje a un montañero fallecido por esto lares. Ahora el bosque baja por una empinada pendiente, las huellas que sigo bajan por aquí, continúo, miro el GPS cada dos por tres, no parece un itinerario claro. Por fin llego a una vieja pista, por aquí entre los pinos, se empiezan a ver robles y hayas, me cruzo con un sapo con cara de pocos amigos, ¿o será de frío?
La pista me anima, pero dura poco, al rato desaparece en una zona donde hay que cruzar el riachuelo en varias ocasiones. Tras esta zona, volveremos a salir, a una nueva pista, está ancha y en donde al poco se ven unas rodadas de todoterreno.
Sigo por ella, ya queda poco para la bifurcación de la mañana, llego a ella, y alcorzando las curvas, enseguida alcanzo el puente, y desde allí en pocos minutos al coche.