Lugar de salida: Quicena
Objetivo: Montearagón
Desnivel positivo acumulado: 600 metros
Distancia y tiempo empleado: 36 km en 3h45' (pedaleando 2h45')
Archivo GPS (con el recorrido): TrackGPS
Domingo, 27 de abril de 2014.
Nos costó ponernos de acuerdo con la zona, Alejandro propone esta ruta y, acertamos de lleno, una ruta pistera, ciclable al 100% que nos permite conocer esta estupenda zona entre la Hoya de Huesca y la Sierra de Guara.
El Castillo de Montearagón, parece de cuento, es la típica fortaleza que se pinta de niño y, es una verdadera pena ver el estado de deterioro que presenta, en cualquier otro lugar estaría perfectamente restaurado y sería un polo de atracción turístico, aquí en cambio se prima tener un aeropuerto sin uso a la conservación del patrimonio. Visita virtual al Castillo de Montearagón.
El Castillo de Montearagón, parece de cuento, es la típica fortaleza que se pinta de niño y, es una verdadera pena ver el estado de deterioro que presenta, en cualquier otro lugar estaría perfectamente restaurado y sería un polo de atracción turístico, aquí en cambio se prima tener un aeropuerto sin uso a la conservación del patrimonio. Visita virtual al Castillo de Montearagón.
Nos plantamos en Quicena, hace bastante viento, dudamos de la ropa a llevar, al final nos abrigamos demasiado, cuando sopla el viento vamos bien pero, en las cuestas y en las zonas más abrigadas, vemos que llevamos más ropa de la cuenta.
Salimos del pueblo, por pista, en principio llaneamos por los alrededores de Quicena, pronto salimos a la carretera que serpentea por el Cerro de Monte Aragón, hasta una barrera. La sorteamos y subimos hasta el mismo patio de armas del castillo. La rampa de subida es dura, pero por asfalto se sube sin problemas. Las vistas de la Hoya de Huesca y la cercana Sierra de Guara son magníficas.
Bajamos de nuevo a la base de la rampa de subida al castillo y, tomamos la pista que suavemente nos va acercando a Fornillos, alcanzamos una carretera (lleva a la presa del Embalse de Montearagón), nosotros giramos a la izquierda para, de forma ascendente, pasar de largo Fornillos. Llegamos a un Stop, nuestra carretera de dos carriles, cede el paso a una vieja carretera (HU-324) por la que malamente se cruzarán dos vehículos. Seguimos por esta vía unos cientos de metros y nos salimos por una vereda (Corona de la Virgen), al llegar a una intersección, giramos todo al Este, para descender hacia Apiés.
De Liena, primero suavemente y, luego por unas amplias curvas con fuerte pendiente, bajamos a cruzar el Río Flumen, por la zona conocida por Sagarillo.
Ahora remontaremos por una cómoda pista, primero por unas marcadas curvas luego, pasando por unas balsas, hasta alcanzar San Julián de Banzo. Curioso pueblo este, dividido en dos barrios por un barranco, hay una carretera que sin perder altura une las dos zonas pero, nosotros bajamos por sus calles al fondo del barranco, luego la subida es tremenda, ¡ojo, si te pilla con mal desarrollo!, es tan tremenda que la calle tiene hasta unas escaleras en uno de sus laterales.
Tras remontar el pueblo, la carretera continúa en suave ascenso hasta llegar a la altura de la Pirotecnia Oscense (desde lejos se observan sus casetas blancas), al poco la carretera empieza un rápido descenso hasta llegar a Barluenga, allí dejamos esta carretera para tomar la que nos conduciría a Loporzano, la cual dejaremos en un punto algo complicado de ver con antelación (ya que bajamos bastante rápidos por el asfalto), por el Camino de Loporzano, primero la pista se encuentra algo deteriorada, pero al poco mejora. Así alcanzamos el Mirador del Saso, con una gran vista sobre el Salto de Roldán y el cercano Tozal de Guara, tras descansar unos minutos reemprendemos la marcha hacia Loporzano, a la altura de la balsa que suministra agua de boca a la ciudad de Huesca.
De camino a Loporzano, la estampa del Castillo de Montearagón vuelve a ganar presencia, es un gran punto donde parar a echar alguna foto.
Bajaremos al encuentro de la N240, aquí tenemos dos opciones, tomar la carretera, o continuar por un sendero trialero que en paralelo a la nacional, nos acercará a un caserío, nos adentramos en él por la pista y bajamos a cruzar el río Flumen, ascendemos por sendero a la pista que en unos minutos nos dejará de nuevo en Quicena.